La segunda exploración: “El cuarto de mis abuelos”

En esta etapa, encontré cosas nuevas y seguí profundizando algunas sobre las que ya estaba experimentando. Quería tratar de encontrar otros elementos que relacionara con esta aparente “separación” que ya había en la cama. Una pseudo-teoría de que si hay una imagen interesante como la que se ve en la cama, esta separación emocional que existe entre mis abuelos ya se da de antes en cosas más pequeñas y van armando un todo. Un acontecimiento importante fue que mi abuela sufrió un cáncer de mama – debieron extirparle una de ellas – y eso provocó un cambio en la manera en la que mis abuelos se relacionaron, distanciándose más en esos lugares íntimos – como lo es la cama -.

Descubrí dentro de armarios y cajones una serie de imágenes religiosas, objetos en desuso, medicamentos y chucherías varias que me llamaron la atención. La cantidad de cosas que están ahí solo para ocupar lugar y nada más es sorprendente. El componente religioso me aturde un poco, pareciera que el cuarto de mis abuelos es en parte un templo doméstico o de esas puestos ruteros donde la gente deja sus estampitas, velas y rosarios para ofrendar a un santo o a una virgen.

No tenía en mi registro mental haberlas visto y parecían ser cosas que mis abuelos ya desconocen que están ahí. Abundan las cosas de mi abuela en el cuarto – las estampitas, vírgenes, ropa, maquillajes, fotos de Eva Perón, Perón, Menem y Sandro – mientras que las de mi abuelo están en otra parte de la casa, en otro armario. Creo que encontré otro elemento en el que ahondar que es el hecho de que mi abuelo tiene cierta ausencia en este cuarto y que eso permite que veamos fenómenos como el de la almohada que divide la cama. Una de las partes ejerce una un desplazamiento sobre la otra  y esa unión de pareja que existió en algún momento, ahora está ligada al paso del tiempo y a la sensación de que la vida está en camino de vuelta.

Después me tomé el atrevimiento de sacar algunas fotos más por experimentación que por incluirlas en un futuro en la serie, quise probar cuestiones de movimiento y como plasmarlo en imágenes donde todo lo demás se encuentre estático. La foto de la lámpara me atrae bastante visualmente, me gustó haber “caminado” por un lado mío con la fotografía que no conocía.

Por lo que se dijo en clase, destaco que el uso del trípode es algo que permite pensar mucho al encuadrar, deliberar, desajustar por acá y ajustar por allá para lograr el encuadre deseado para esa toma. Además de la libertad a la hora de utilizar tiempo de obturación o apertura del diafragma, no tener que pensar en los movimientos de las manos que la cámara detecta y este tipo de impedimentos. Todas mis fotos son con tripode y es una de las cosas que ayudo a la experimentación, me hizo descubrir cosas nuevas que puedo hacer con una cámara que ya me acompaña hace tiempo.

Supongo que mi camino de exploración se va a abrir a los demás ambientes de la casa y seguir trabajando con otros tipos de encuadres y puntos de vista, para ver si encuentro algo que siga profundizando el lugar y mi relación con el mismo. Sin embargo, me sigue pareciendo que la primera foto que saque de las almohadas concentra mucho de lo que veo en ese lugar y que si bien, me gustaría abrir más el encuadre y dar cuenta de que es una cama, me sigue seduciendo esa mirada como si estuviera subido a la cama y no poder verla por completo. Igual voy a intentar un gran angular y detallar esa muralla que se levanta en la cama para ver si encuentro otras posibilidades.

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